La mejora de la fuerza y la hipertrofia del glúteo es un objetivo común en muchas personas y, el entrenamiento oclusivo tal vez pueda ayudarte a conseguirlo.
Durante el protocolo de entrenamiento de esta metodología nacida en Japón, el manguito oclusor debe colocarse siempre en la parte proximal de la extremidad, ya sea en brazos o piernas, lo que facilita una mejor y más segura oclusión sanguínea.
Al realizar esta acción, toda la musculatura por debajo del punto de restricción se verá beneficiada por el protocolo de entrenamiento, ya sea mediante una estimulación directa o indirecta.
Es decir, si estamos realizando un protocolo de oclusión vascular de 75 repeticiones del ejercicio de sentadilla, la musculatura principal involucrada, los cuádriceps, serán los más estimulados.
Sin embargo, a medida que avanza el protocolo de entrenamiento, aumentará la fatiga generada por la hipoxia y el estrés metabólico.
Esto provoca que los grupos musculares sinergistas y antagonistas, vayan aumentando su participación en el ejercicio para hacer frente a las demandas de este, estén sometidos a una oclusión directa o no.
Investigaciones como las de Scott j. dankel (2015) observaron que durante un protocolo de entrenamiento oclusivo con el ejercicio de press de banca, la musculatura del tríceps, ocluida directamente en el protocolo, tuvo unas ganancias de fuerza y masa muscular significativas.

La sorpresa en la investigación fue cuando encontraron también ciertas adaptaciones positivas tanto en el deltoides como en la musculatura del pectoral.
Obviamente, el ejercicio estimulaba esa musculatura, pero al utilizar cargas tan bajas, solo se esperaba una adaptación positiva en el zona ocluida.
Los investigadores explicaban estos resultados por estos dos puntos:
- La elevada fatiga del grupo muscular principal ocluido junto con la hipoxia producida, obliga al resto de grupos musculares a tener una mayor participación.
- La elevada respuesta hormonal por el estrés metabólico sumado a la reperfusión, proporciona un estímulo mayor.
¿Podría ocurrir lo mismo si pretendemos aumentar el tamaño del glúteo?
En los últimos años ha aumentado el uso del entrenamiento oclusivo con el objetivo de aumentar la masa muscular del glúteo.
Si bien no contamos con la evidencia para respaldar estas afirmaciones, podríamos aplicar la misma lógica que en el estudio de Scott.
Es decir, durante la realización de un ejercicio de tren inferior con un protocolo de entrenamiento oclusivo, el glúteo, en determinado momento, debido a la fatiga y al estrés metabólico generado, podría aumentar su activación.
Esto provocaría una pequeña estimulación en la musculatura pudiendo iniciar la cascada de señalización anabólica que favorecería su crecimiento.
Si bien puede parecer interesante, hay que pensar en esta estrategia como un complemento a un programa de entrenamiento bien estructurado donde combinas BFR y pesos libres.
Recuerda que uno de los principales mecanismos para el aumento de la masa muscular es la tensión mecánica y, una musculatura como el glúteo necesita de ejercicios que la estimulen directamente con las cargas adecuadas (Hip Thrust).
Conclusiones.
Si quieres mejorar la masa muscular de tus glúteos prioriza el entrenamiento de fuerza tradicional, con ejercicios que involucren esa musculatura directamente y con una carga de entrenamiento moderada o alta.
Complementarlo con bandas de oclusión vascular puede ser una buena opción para favorecer un mayor estrés metabólico.
Si quieres conocer más acerca de los mecanismos que explican las adaptaciones al entrenamiento oclusivo, te recomiendo este artículo de blog.
Msc Daniel Pereira