¿Puedo usar bandas o straps en el entrenamiento oclusivo?

Se me ocurren varios motivos por los que podrías estar por leer este artículo de blog sobre bandas de oclusión o straps.

Te apasiona la temática sobre oclusión vascular y no te gusta ver que se implementa erróneamente en el gimnasio, por eso quieres estas razones para convencer a tus compañeros.

Eres un entrenador curioso que recién empieza con el entrenamiento oclusivo.

Eres el entrenador que usaba bandas de oclusión o straps y quieres saber porque tienes que dejar de utilizarlas.

Seas quien seas, bienvenido al blog y siéntete libre de participar en la sección de comentarios.

Hoy os voy a contar las cuatro razones por las cuales no tienes que usar bandas o straps en el entrenamiento oclusivo.

¿Por qué se utilizan las straps o bandas para el entrenamiento oclusivo?

El entrenamiento oclusivo se originó en los años 60 gracias al estudio y experimentación del doctor Yoshiaki Sato (puedes leer más de los orígenes aquí).

Como es lógico, guiado por la curiosidad y la investigación, Sato empezó utilizando bandas elásticas y correas en sus entrenamientos para permitir poder llevar a cabo diferentes protocolos de restricción del flujo sanguíneo.

Con la popularización del entrenamiento oclusivo, especialmente dentro del ámbito sanitario en Asia y en el ámbito del fisicoculturismo a nivel internacional, la utilización de straps o bandas también creció.

Hoy en día, solo basta con poner entrenamiento oclusivo en amazon para encontrar bandas o straps como las que veis en la imagen.

bandas de entrenamiento oclusivo.

¿Por qué debes evitar el uso de straps o bandas en el entrenamiento oclusivo?

Si queremos obtener los beneficios que nos aporta el entrenamiento oclusivo, debemos hacer las cosas bien (1).

Es comprensible que las bandas o straps puedan ser la primera opción para muchos entrenadores por su bajo coste, pero no cumplen con los principios del entrenamiento ni tampoco con unos mínimos de seguridad.

Ciao individualización con presiones oclusivas arbitrarias.

La individualización del entrenamiento es un principio fundamental en nuestro trabajo.

Estamos de acuerdo en que no todo el mundo necesita el mismo estímulo para generar una adaptación y que, conocer la dosis de entrenamiento, es lo más importante.

Entonces, ¿Por qué no deberíamos aplicar la misma presión a todos nuestros clientes?

Muy sencillo, mira este ejemplo:

¿Necesita la misma presión arterial oclusiva un jugador de rugby de 100kg que doña rosa, 50 años y recuperándose de una lesión de ligamento cruzado?

No.

Hay que considerar muchos factores, el tamaño de la extremidad, la composición corporal, edad, presión arterial sistólica y diastólica, entre otros (3-4).

Por este motivo, el uso de bandas o straps falla al principio de individualización.

No nos permite conocer el grado de restricción que estamos aplicando.

Si no conocemos la presión oclusiva que estamos ejerciendo, no sabemos si el entrenamiento dará o no, buenos resultados.

Sin saber que estamos haciendo, la mejora en hipertrofia y fuerza no está garantizada.

Incluso dando buenos resultados, no podremos repetir con exactitud la experiencia, porque no sabremos que habremos hecho.

La literatura ha establecido ciertos parámetros para un entrenamiento oclusivo seguro y óptimo (2). Pero para ello, debemos conocer el grado de presión que aplicamos en el protocolo de entrenamiento.

Mayor riesgo de sufrir un evento adverso.

Nunca pasa nada, hasta que te pasa a ti.

No vale la pena el riesgo ni el mal trago que puedes llegar a pasar ,si por un uso inadecuado del entrenamiento oclusivo tu cliente acaba con algún tipo de lesión o daño.

Oclusiones totales pueden provocar un mayor riesgo de necrosis tisular o muerte celular, y, personalmente, no quiero eso para mis clientes.

Queremos optimizar los resultados a la vez que se llevan una buena experiencia de entrenamiento y las bandas o straps, nos alejan de este objetivo.

Monitoreo y programación del entrenamiento.

El uso de bandas o straps, nos impide llevar un monitoreo de la evolución de la presión durante el entrenamiento.

Puede ocurrir que la presión inicial, a medida que avanza el número de repeticiones, varíe, y necesitemos ajustarla durante el protocolo.

Si no tenemos las herramientas adecuadas, no podremos hacer este ajuste.

Por otro lado, la programación del entrenamiento oclusivo se vuelve puro azar.

Sin una estandarización y monitoreo de la presión, cada vez que realicemos un entrenamiento oclusivo, la presión será totalmente diferente, lo que implica un estímulo distinto y unos resultados nada predecibles.

¿Qué alternativas tenemos?

Viendo las limitaciones que nos generan estas herramientas, además del potencial riesgo que implican, lo mejor que se puede hacer es utilizar unos manguitos de compresión.

Estos manguitos pueden ser inflados de forma manual, mediante un esfigmomanómetro que permite conocer la presión en milímetros de mercurio que estamos aplicando a la extremidad, y también de forma automática con herramientas más sofisticadas.

Manguito de inflado automático.
Manguito de inflado manual.

Por suerte para nosotros, en el mercado podemos encontrar una gran variedad de marcas que comercializan estos dispositivos.

Independientemente de si eliges uno manual o automático, ya estarás haciendo mucho más por la seguridad de tu cliente de lo que habrías hecho con las bandas o straps.

Puedes comprar nuestros oclusores aquí.

Msc Daniel Pereira Zambrano

  1. Slysz, J., Stultz, J., & Burr, J. F. (2016). The efficacy of blood flow restricted exercise: A systematic review & meta-analysis. Journal of Science and Medicine in Sport19(8), 669–675. https://doi.org/10.1016/j.jsams.2015. 09.005
  1. Approaches to determining occlusion pressure for blood flow restricted exercise training: Systematic review. Murray, J. 2020 10.1080/02640414.2020.1840734
  2. Weatherholt, A. M., VanWye, W. R., Lohmann, J., & OWENS, J. G. (2019). The effect of cuff width for determining limb occlusion pressure: A comparison of blood flow restriction devices. International Journal of Exercise Science12(3), 136. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/ PMC6355123/
  3. Blood flow restriction in the upper and lower limbs is predicted by limb circumference and systolic blood pressureJeremy P. Loenneke · Kirsten M. Allen ·J. Grant Mouser · Robert S. Thiebaud · Daeyeol Kim · Takashi Abe · Michael G. Bemben

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